El uso adecuado de la mantilla es un arte que impregna de elegancia y tradición la indumentaria femenina en muchas ocasiones especiales. Sin embargo, la correcta colocación de este complemento puede llegar a ser un verdadero desafío para muchas personas. ¿Cómo asegurar que la mantilla se mantenga en su lugar sin perder el estilo? ¿Qué técnicas podemos aplicar para que su aspecto final sea impecable y cómodo? En este artículo, desvelaremos paso a paso cómo preparar el cabello, posicionar la peineta y doblar la mantilla de manera que consigas un resultado espectacular, garantizando una sujeción firme y un ajuste perfecto en tu atuendo.
Preparación del cabello para la colocación de la mantilla
El primer paso fundamental antes de colocar la mantilla es la preparación del cabello. Este será el soporte donde descansará el peso de la mantilla y la peineta, por lo que es imprescindible asegurar una base sólida.
Peinado y sujeción de la peineta
Tanto si tienes el pelo corto como si lo tienes largo, es posible prepararlo adecuadamente para la ocasión. Es elemental utilizar relleno, si fuese necesario, para conseguir que la parte trasera de la cabeza quede bien cubierta y ofrezca un punto de sujeción robusto para la peineta. La fijación de esta última es crucial, por lo que deberás usar horquillas para minimizar el riesgo de que se mueva o caiga. Aunque la mantilla cubrirá gran parte del peinado, es importante que la peineta quede perfectamente anclada en su lugar.
Doblez y ajuste de la mantilla
La mantilla, que puede presentar diferentes formas como triangular, cuadrada o, como en el ejemplo que nos ocupa, rectangular, debe ser doblada cuidadosamente para lograr su correcto posicionamiento sobre la peineta.
Doblado y fruncido de la mantilla
Una vez doblada la mantilla por la mitad, marcaremos el borde de la misma, creando un fruncido a unos 8 centímetros del centro. Este fruncido, que debe ser suave y con puntadas largas, extenderá aproximadamente 40 centímetros a lo largo, es decir, 20 de cada lado. Este procedimiento permitirá acoplar la mantilla sobre la peineta de manera que quede una distribución armónica del tejido.
Sujeción y ajuste en los hombros
El proceso para una correcta colocación de la mantilla no termina con el ajuste sobre la peineta; es fundamental también asegurar que los extremos de la mantilla queden bien sujetos en los hombros para evitar que se desplace o se vea afectado por el viento.
Uso de alfileres y holgura adecuada
Es recomendable recoger el borde de la mantilla con un alfiler en los hombros, aprovechando la hombrera del traje. Esto proporcionará una sujeción extra sin comprometer la comodidad de quien la lleve. También, es esencial dar un poco de holgura para no restringir el movimiento de la cabeza y evitar así que la mantilla tire de los alfileres al girar.
Detalles finales para una perfecta armonía
Para conseguir que la mantilla se vea impecable, hay dos aspectos cruciales que no debemos pasar por alto: la comodidad de la persona que la llevará y la simetría de los picos inferiores de la mantilla. Estos deben estar perfectamente igualados para lograr un acabado equilibrado y estético.
Finalmente, ten en cuenta que el broche que sujete la mantilla en la parte del moño puede ser puramente decorativo, pero siempre debe contribuir al conjunto de la imagen deseada. Con estos consejos y pasos, estarás lista para lucir una mantilla de forma elegante y tradicional, garantizando que se mantenga en su lugar con gracia y seguridad durante todo el evento.