La contabilidad es una disciplina que, a menudo, puede parecer compleja debido a la cantidad de conceptos y terminologías que es necesario manejar. Uno de los aspectos más relevantes y que frecuentemente genera dudas es la elaboración y comprensión del balance de situación, el cual refleja la posición financiera de la empresa en un momento dado. En este artículo, abordaremos de manera detallada qué es un balance de situación, desglosando sus elementos básicos, como el activo, el pasivo y el patrimonio neto. Asimismo, explicaremos cómo clasificar cada elemento dentro de sus masas patrimoniales correspondientes y finalmente, cómo calcular el importe de capital social a partir de la diferencia entre activo y pasivo. Esta guía servirá para resolver las incertidumbres más habituales y para proporcionar una clara visión sobre cómo se estructura este importante documento contable.
Comprendiendo el activo del balance
Activo No Corriente: Dentro del activo encontramos en primer lugar el no corriente, también conocido como inmovilizado. Este comprende los bienes que la empresa no espera convertir en liquidez de manera inmediata, como pueden ser las casas o los muebles. Esencialmente, se trata de los elementos que no se pueden mover fácilmente y que generalmente son más difíciles de vender.
Inmovilizado material e inmaterial
El inmovilizado se clasifica en material, como vehículos o maquinaria, y inmaterial, como pueden ser las patentes o el software. Elementos como el «mobiliario» o el «equipo para proceso de información» (ordenadores, móviles, tablets) son ejemplos claros de activos no corrientes materiales.
Activo corriente
Por otro lado, el activo corriente incluye las existencias, el realizable y el disponible. Las existencias se refieren a lo que la empresa tiene para vender, como podría ser la mercancía en una zapatería. El realizable lo constituyen los créditos a clientes, o lo que es lo mismo, el dinero que estos deben a la empresa. Finalmente, el disponible engloba el efectivo en caja y los saldos en bancos.
Entendiendo el pasivo y el patrimonio neto
Patrimonio neto
El patrimonio neto está formado por el capital y las reservas. Aquí se refleja el dinero que los socios o accionistas han aportado para la constitución y funcionamiento de la empresa, así como las ganancias retenidas que no se han distribuido en forma de dividendos.
Pasivo no corriente y corriente
El pasivo, por su parte, se divide en pasivo no corriente y pasivo corriente. El primero representa las deudas y obligaciones a largo plazo, como puede ser un préstamo bancario a más de un año. En cambio, el pasivo corriente se compone de las deudas a corto plazo, tales como las cuentas a pagar a proveedores. Es importante incluir en este apartado también a la «Hacienda pública acreedora», ya que refleja el dinero que se debe al Estado.
Elaboración de un balance correcto
Colocación de elementos en el balance
Para elaborar un balance de situación correcto, es fundamental colocar cada elemento en su masa patrimonial correspondiente. Así, por ejemplo, debemos asegurarnos de que los «proveedores» queden registrados dentro del pasivo corriente y el «mobiliario» en el activo no corriente.
Cálculo del capital social
Una vez que hemos clasificado correctamente todos los elementos, debemos proceder a calcular el capital social. Este se obtiene restando el total del pasivo del total del activo. Si por ejemplo el activo suma 48 y el pasivo 28, nos queda una diferencia de 20, que corresponderá al capital social.
Conclusión: la importancia de un balance claro
La elaboración de un balance de situación preciso es esencial para la gestión financiera de cualquier empresa. Entender la estructura y la función de cada uno de sus componentes permite a los empresarios y contables tomar decisiones informadas y planificar estratégicamente el futuro de la organización. Con la claridad y los ejemplos proporcionados, esperamos haber resuelto las dudas más comunes y ofrecido una guía útil para aquellos que buscan profundizar en el mundo de la contabilidad financiera.